¿Cómo discernir nuestros ídolos? 27/04/2023 – Publicado en: PORTAFOLIO
No estoy preguntando si tenemos o no dioses rivales. Doy por hecho que todos los tenemos; están ocultos en todos nosotros. La pregunta es: ¿qué hacemos al respecto? ¿Cómo debemos actuar para gozar de una vista cada vez más penetrante en vez de seguir sometidos a su poder? ¿Cómo podemos vernos libres de nuestros ídolos de modo que tomemos decisiones sólidas y sabias que sean lo mejor para nosotros y para quienes nos rodean?
¿Cómo discernir nuestros ídolos?
Una de las vías consiste en usar la imaginación. El arzobispo William Temple dijo en cierta ocasión: “Tu religión es lo que haces en tu soledad”. En otras palabras, el verdadero dios de nuestro corazón es el punto al que se dirigen nuestros pensamientos, sin esfuerzo por nuestra parte, cuando no hay nada más que exija prestar atención. ¿En qué te gusta soñar despierto? ¿Qué ocupa tu mente cuando no tienes nada más en que pensar? ¿Sueñas con ascensos profesionales? ¿En bienes materiales como la casa de tus sueños? ¿En la relación con una persona concreta? Uno o dos sueños de este tipo no son indicativos de la idolatría.
Pregúntate, más bien, en qué piensas habitualmente para obtener el gozo y el confort en la privacidad de tu corazón.
Otra forma de discernir el verdadero amor de tu corazón es fijarte en cómo gastas tu dinero. Jesús dijo: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mt. 6:21). Tu dinero fluye sin esfuerzo hacia el máximo amor de tu corazón. De hecho, la señal identificativa de un ídolo es que gastas demasiado dinero en él y debes intentar controlarte sin cesar. Como ha escrito Pablo, si Dios y su gracia son lo que tú amas en el mundo, darás tu dinero al ministerio eclesial, a obras de beneficencia y a los pobres, en cantidades asombrosas (2 Co. 8:7-9). Sin embargo, la mayoría de nosotros tiende a gastar demasiado en ropa, en nuestros hijos o en símbolos de posición social, como hogares y coches.
Nuestros patrones de consumo revelan nuestros ídolos.
Una tercera manera de identificar a los ídolos es la más eficaz para quienes han profesado su fe en Dios. Seguramente, vas de forma periódica a un lugar de adoración. Puede que tengas un conjunto completo y devoto de creencias doctrinales. A lo mejor, te esfuerzas de verdad en creer y obedecer a Dios. Sin embargo, ¿cuál es tu salvación real, diaria y funcional? ¿Para qué vives en realidad, cuál es tu dios real, no el que profesas? Una buena manera de discernir esto es ver cómo reaccionas ante las oraciones sin respuesta y a las esperanzas frustradas. Si pides algo que no recibes, puedes entristecerte o sentirte decepcionado. Entonces,
sigues adelante con su vida. Pero,
cuando oras y luchas por algo y no lo obtienes, y reaccionas con una ira explosiva o un desespero profundo, seguramente habrás descubierto a tu dios verdadero.
Hay una prueba final que funciona para todo el mundo. Fíjate en tus emociones más incontrolables. De la misma manera que un pescador sabe que debe ir donde el agua esté agitada, busca tus ídolos en el fondo de tus emociones más dolorosas, sobre todo las que nunca parecen abandonarte y que te impulsan a hacer cosas que sabes que están mal. Si estás furioso, pregúntate: “¿Hay algo aquí demasiado importante para mí, algo que debo tener a toda costa?”. Haz lo mismo cuando sientas miedo intenso, desesperación y culpa. Pregúntate: “¿Siento tanto miedo porque veo amenazado algo que hay en mi vida y que yo considero una necesidad aunque no lo es? ¿Me siento tan abatido porque he perdido algo o he fracasado en un objetivo que creo que es una necesidad cuando no lo es?”. Si trabajas demasiado, si te agotas debido a una actividad frenética, pregúntate: “¿Siento que debo conseguir eso para considerarme realizado e importante?”. Cuando te formules preguntas como estas, cuando “arrancas de raíz sus emociones”, por así decirlo, a menudo te darás cuenta de que tus ídolos se encuentran agarrados a ellas.
Este es un extracto de Dioses que fallan. Puedes hacerte con él aquí