«Es el trabajo de un erudito en la Palabra, pero para nada árido ni mucho menos pesado de leer» 20/07/2023 – Publicado en: PORTAFOLIO

“Dios llama a los hombres a romper… el silencio de Adán».
Cómo convertirse en hombres de valor en un mundo de caos, Dr. Larry Crabb, Don Hudson y Al Andrews

Estos son momentos en los que la opinión extendida en muchas iglesias es que los varones estamos echando un paso atrás en vez de ir adelante. Y en los que la Iglesia está adoleciendo de una preparación adecuada, integral y espiritual para los futuros ancianos, pastores y diáconos de las iglesias; en ellos, el mensaje de las Epístolas Pastorales se nos hace muy importante. El poder reflexionar en el contenido de estas tres epístolas de Pablo es muy necesario, por no decir crucial, en estos tiempos en relación al liderazgo. Y por supuesto, no solo para los hombres sino para la Iglesia en su conjunto.

Pero no solo para los futuros líderes. Está siendo necesario revisar toda la vida de toda la Iglesia: la importancia de saber reaccionar al vernos amenazados por las falsas doctrinas que pululan alrededor de las iglesias y que pretenden introducirse en ellas, nuestro compromiso con las reuniones de oración, tener claro quiénes pueden ser ancianos (pastores) o diáconos de la iglesias, como gestionar algunos aspectos de la vida interna de los cristianos y de las congregaciones.

 

Pues estos son los temas, aparte de otros que trata David Burt en su comentario a 1 Timoteo. Y como ya nos tiene acostumbrados, en la gran cantidad de comentarios suyos que ya tenemos a nuestra disposición, en este de 1 Timoteo mantiene su línea de…

1. Minuciosidad. El autor es muy minucioso y exhaustivo (¡¡¡esto no quiere decir que nos deje exhaustos, ni mucho menos!!!) a la hora tanto de argumentar sus afirmaciones como de rebatir aquellos argumentos que son contrarios a sus planteamientos. David no elude el hecho de entrar en discusiones “técnicas” respondiendo ampliamente, con rigurosidad, precisión y con razones expuestas a un alto nivel de erudición.

Asimismo, el texto es minucioso y detallista en el momento de esclarecer el texto bíblico objeto de estudio. Ni siquiera en aquellos pasajes que se pudieran considerar más polémicos, el autor “pasa de puntillas” por el texto. Esta cualidad afecta también a las explicaciones del propio texto, haciendo “incursiones” al original para dejar claro las expresiones y términos que pudo usar Pablo.

En su trabajo hermenéutico, Burt nos introduce muy certeramente en los necesarios contextos, editorial e histórico, que nos ayudan a entender el texto en su sentido original. El texto queda, por tanto, muy bien explicado.

2. Emocionante. Usamos esta cualidad en el sentido de que el autor destaca el aspecto personal, cercano y entrañable de la relación entre Pablo y su “hijo amado Timoteo”. Con David Burt, lo exhaustivo y “técnico” no está reñido con lo emocionante del texto bíblico que vamos descubriendo a través de su comentario. Como el mismo autor afirma: “los párrafos más emocionantes son aquellos en los cuales Pablo se vuelve de la contemplación de terceras personas y grupos, y se dirige a su amado hijo Timoteo con palabras entrañables que le salen del corazón” (p. 49). Y David consigue trasmitirnos esa emoción a través de sus palabras.

La riqueza del lenguaje a la que David nos tiene acostumbrados se vuelve a percibir en este comentario. Es el trabajo de un erudito en la Palabra, pero para nada árido ni mucho menos pesado de leer. Y eso nos lleva a la siguiente cualidad.

Es el trabajo de un erudito en la Palabra, pero para nada árido ni mucho menos pesado de leer.

3. Devocional. El texto de este comentario está jalonado de pasajes bíblicos que van apoyando el contenido de la interpretación. Esto hace que el texto que tenemos por delante tenga una gran riqueza escritural. Pero, además, anima a implicarnos personalmente. David consigue no solo abrirnos las Escrituras delante de nuestros ojos, sino que, además, nos “fuerza”, nos acompaña a abrir nuestro corazón y responder de manera personal y vivencial a los requerimientos de la Palabra. En este mismo sentido, el autor no olvida las necesarias aplicaciones a nuestra vida personal, familiar y eclesial, que tanto necesitamos. No es un comentario escrito desde una torre de marfil alejada de la realidad que vivimos los cristianos en nuestro día a día. El autor se esfuerza por acercar la palabra a nuestra situación. Y esto nos ayuda a tener, con más intencionalidad, los ojos abiertos para enfrentar los peligros que nos acechan.

4. Valentía. Este comentario a 1 Timoteo es un texto valiente. El autor no elude ninguno de aquellos pasajes de la carta que son polémicos, que generan controversia. Otros comentaristas no tendrían ningún pudor en esquivarlos dejando de lado su dificultad y así no implicarse personalmente en la polémica. Pero David no es así. Se implica personalmente. Y, seguramente, sabedor de que sus convicciones no van a ser admitidas hoy en día por muchos, aún así decide dejarlas plasmadas en blanco y negro en este comentario. Aspecto que es de agradecer. Hay que ser valientes para decir: “Yo por mi parte, considero que es una traición a la causa de Cristo eliminar una porción de las Escrituras solamente porque no gusta a la gente o porque no concuerda con las preferencias de una cultura determinada. La Palabra de Dios no se presta a ser fragmentada según los gustos de la generación presente…” (p. 197).

5. Humilde. La actitud del escritor al escribir es humilde, a pesar del alto nivel de conocimiento de nuestro hermano David. Y esta cualidad se deja ver, sobre todo, cuando el autor llega a temas ante los cuales no tiene una explicación definitiva. En esos momentos, simplemente, reconoce sus limitaciones y pospone, sin rubor, esa explicación para más adelante… “Sabremos la respuesta cuando estemos en gloria”.

Creo que estas cinco cualidades son suficientes para acercarnos a la lectura, estudio y meditación de este nuevo, y esperamos que no el último, comentario de David Burt.


Daniel Benítez, reseña publicada originalmente en Edificación cristiana.

Daniel Benítez tiene un ministerio de enseñanza, tanto en su iglesia local como en el resto de España. Es profesor de Teología y coordina el Comité Regional del Taller de Predicadores en Andalucía. Colabora estrechamente con Nueva Luz (obra de ayuda espiritual a personas ciegas).