«Un modelo para una predicación que tome en cuenta nuestra realidad actual» 09/03/2023 – Publicado en: PORTAFOLIO
Como indica la contraportada, el autor es Doctor por la Universidad de Cambridge y Director de Langham Partnership Internacional. Su participación en la preparación del tercer congreso del Movimiento de Lausana fue clave y se consolidó en el Compromiso de Ciudad del Cabo, documento de referencia para la reflexión sobre la Iglesia y su Misión en nuestro contexto actual.
El libro se divide en tres secciones principales: la primera trata sobre «El Señor Dios y otros dioses en la Biblia»; la segunda sobre «La idolatría política, entonces y ahora»; y la tercera sobre «El pueblo de Dios en un mundo idólatra».
El libro se nutre de dos fuentes anteriores. La primera, el capítulo 5 del libro La Misión de Dios. Descubriendo el Gran Mensaje de la Biblia, que trata el tema: «El Dios vivo se opone a la idolatría», que editada y adaptada constituye la primera parte de este libro. La segunda fuente, que nutre la segunda parte, tiene su origen en una conferencia impartida en St. Michael’s Church, Charleston, Carolina del Sur, con el sugestivo título «Siguiendo a Jesús en una era de turbulencias políticas».
La primera parte, como sugiere el título, aborda la cuestión del Dios vivo y verdadero frente a los ídolos. Los cuatro capítulos de esta parte son: La paradoja de los dioses, ¿Qué son los dioses?, Discernir los dioses y La misión y los dioses. Sentará las bases para las siguientes exposiciones. Los dioses, como realidad fabricada por el hombre, no son nada, no tienen existencia propia, pero tienen entidad en cuanto representan las necesidades, deseos o temores de los seres humanos. Son una encarnación del orgullo y capacidades humanas, y por ello se les rinde adoración. En el peor de los casos, abren la puerta a la influencia demoníaca.
Frente a la idolatría se enfatiza el monoteísmo de Israel y la trascendencia y misión de Dios. Los dioses le roban la gloria a Dios, distorsionan la imagen de Dios en el hombre y siempre acaban decepcionando. «La adoración de los dioses falsos es la comunión con la futilidad, el gran engaño cuyo único destino es el desencanto». Por contraste, «la principal fuente impulsora de la gran narrativa bíblica es la prioridad de la propia misión de Dios».

La segunda parte desarrolla la conexión de la idolatría y el contexto político. Dios, como soberano de todo y quien juzga según sus estándares de santidad y justicia, establece los principios morales por los que son juzgadas las naciones. El autor desenmascara los pecados de la política social actual: violencia sistémica, desigualdad, populismo y nacionalismos, confusión sexual –que produce una ruptura de la familia, raíz de la mayoría de los males–, asolamiento ecológico y guerra contra la verdad. Igualmente, denuncia los ídolos actuales de la prosperidad, el orgullo nacional y la autopromoción. En este contexto, la Iglesia, como Israel en el Antiguo Testamento, debería ser un modelo para los demás, marcado por la modestia, la integridad y la justicia.
La tercera parte, «El pueblo de Dios en un mundo idólatra», establece las pautas para ser ese referente en nuestro contexto actual. Un pueblo conformado por la Palabra de Dios, participando en la misión de Dios y que vive según el reino de Dios. Aquí el autor lanza una voz de alarma que debemos escuchar: «La resistencia a la idolatría exige un retorno a la lectura seria y sistemática de la Biblia y una predicación vivaz, planificada, nutriente y bíblica». Finaliza esta tercera parte con un llamado al discipulado. «Seguir a
Jesús en tiempos turbulentos» nos recuerda que debemos ser sal y luz en el mundo, en un contexto de posverdad, en el que no debemos distanciarnos de la sociedad sino diferenciarnos en ella.
Un libro que aterriza la teología bíblica y examina el contexto actual a la luz de los principios que surgen de esta, trazando un puente entre culturas tan ajenas como la del antiguo Israel y nuestra modernidad, mostrando los problemas comunes a todas las épocas desde la Caída.
Un libro con un claro enfoque en la misión de Dios, un plan que abarca toda la Creación y se desarrolla a lo largo de toda la historia humana. Nuestra historia personal se enmarca en una Gran Historia, la de Dios.
Es un libro que fomenta la sana autocrítica, en la voz del autor que comienza por su propio contexto cultural más cercano, el anglosajón y el estadounidense, en una lectura profética que denuncia las malas conductas y prácticas en el contexto social y
político. Subraya igualmente el peligro de los ídolos para la iglesia, y la responsabilidad de identificarlos y combatirlos.
Un libro muy recomendable para todo creyente, con elementos muy sugerentes para la visión global de la vida cristiana, y un modelo para una predicación que tome en cuenta nuestra realidad actual.
Reseña escrita por Eliseo Casal, pastor de la Iglesia Unida de Barcelona
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