Una conversación con Miriam Borham 17/11/2022 – Publicado en: PORTAFOLIO

Si quieres conocer a Miriam y qué le llevó a escribir Esperanza en la tormenta, aquí va su entrevista:

Miriam, ¿qué libro tienes en tu mesita de noche en estos momentos?

Acabo de terminar El encaje roto, una colección de relatos de Emilia Pardo Bazán sobre violencia de género, y ahora mismo estoy releyendo Frankenstein, de Mary Shelley. Es un libro fascinante, que todo el mundo debería leer al menos una vez. Abre muchas discusiones interesantes sobre el orgullo humano, el papel de la ética en el avance científico, y la importancia de la mujer en la sociedad.

En cuanto a libros cristianos, el último que leí fue El aguijón en la carne de Pablo Martínez. Me gustó tanto que quiero empezar Más allá del dolor. Creo que son especialmente necesarios en un contexto de tanta pérdida e incertidumbre, para nosotros mismos y para poder ser de apoyo a otras personas.

¿Qué te llevó a escribir Esperanza en la tormenta?

Fue el confinamiento, me dio el tiempo y la motivación para leer y escribir. Hace un par de años alguien nos sugirió leer un capítulo de Lucas cada día de diciembre hasta el 25, como un devocional de Adviento. Me gustó mucho la experiencia. En medio del confinamiento quise volver a este texto y a su mensaje de esperanza. Y luego pensé: ¿por qué no, de hecho, escribir un devocional? Y eso hice.

¿Qué fue lo más difícil en el proceso de escritura?

Lo más difícil fue escoger un enfoque y resumir lo que quería decir en un par de páginas. ¡Todo me parecía relevante! Y, además, como filóloga, quería analizar cada pequeño detalle, citar fuentes, etc. Tuve que recordar que esto no era un estudio filológico, sino que lo quería plantear como una conversación con quien lo lea.

¿En qué lectores estabas pensando?

Estaba pensando en lectores y lectoras que quizá no tengan mucho tiempo, o que no tienen el hábito de sacar un momento cada día para hacer un devocional. Yo soy así: siempre con mil cosas en la agenda, siempre diciendo que “ya sacaré tiempo”. El confinamiento me recordó que ese tiempo, incluso si solo son 20 minutos al día, es un momento de calma en medio de la tormenta diaria, que no es una pérdida de tiempo, sino una forma de aprovecharlo mejor. Y también quiero animar a las personas a leer de manera activa y profunda: con un lápiz a mano para subrayar, anotar, y aplicar.

Si tuvieras que definir el libro en una palabra, ¿cuál escogerías?

¿He mencionado ya que me cuesta mucho resumir? Qué difícil. Creo que escogería: sincero. Después de todo, son mis reflexiones personales sobre cada pasaje. Como digo en la introducción, me parece que cuando escribes algo así debes ser honesta con tus propias luchas y aprendizaje, no dirigirte solo a quien te lee o escucha, sino incluirte en la conversación. Me gusta escribir con esa sensación de estar hablando cara a cara.

3 consejos que darías para el tiempo de Adviento
  • En primer lugar, saca un momento cada día para meditar en lo que estamos celebrando, y escapar de lo meramente festivo.
  • En segundo lugar, haz del tiempo de preparación uno de comunión. Comparte con otras personas lo que lees o piensas. Puede ser de bendición, un regalo para las personas que te rodean.
  • Finalmente, en vez de un calendario de Adviento con solo chocolatinas, ¿qué tal uno con versículos o motivos de gratitud? (No hace falta renunciar al chocolate: ¡es buen acompañamiento para cualquier lectura o actividad!).

¡Prepárate para el tiempo de Adviento con Esperanza en la tormenta!