Desde la noche de los tiempos el ser humano ha procurado acompañar en su pérdida al amigo, al vecino, al familiar, con palabras de consolación. Hay momentos cuando el silencio vale más que mil palabras, cuando el abrazo prolongado transmite un sentimiento que de otro modo no se puede expresar. Pero necesitamos comunicarnos con palabras. La Biblia proclama el amor de Cristo, gratuito, libre, asequible a todos en cualquier tiempo o lugar. De la consolación de Cristo trata este pequeño libro.
Este libro es de Camino Viejo.