Cuando Jesús dijo que «de los niños es el reino de los cielos» no tenía en mente una fe «ciega», sino la que nace de una confianza sincera basada en la fidelidad de Dios.
En el uso cotidiano, la «fe del carbonero» hace referencia a «personas que adoptan creencias sin necesidad de explicaciones que demuestran que son acertadas, y que no exigen pruebas ni saben de argumentos».
Podría pensarse, por lo tanto, que la «fe del carbonero» es comparable a la fe de un niño, pero no lo es, ya que la fe de un niño se fundamente en evidencias de fiabilidad que se sustentan en el seno de la familia o de la escuela, y pueden desmoronarse ante la incoherencia de sus progenitores o la torpeza de sus maestros.
Cuando Jesús dijo que «de los niños es el reino de los cielos» no tenía en mente una fe «ciega», sino la que nace de una confianza sincera basada en la fidelidad de Dios.
Este libro es de Camino Viejo.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.